domingo, 2 de septiembre de 2007

desarrollo humano sustentable


DHS

En 1989, la ONU inició la planificación de la Conferencia sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo que se concretaría en 1992 en Río de Janeiro. En Río, con la asistencia de los más altos representantes gubernamentales, empresariales y científicos de 179 países, se concretaron los principios y se expusieron las razones para aplicar el concepto de Desarrollo Humano Sostenible –DHS- como el nuevo paradigma evolutivo de la humanidad. Aquí se concertaron dos acuerdos internacionales y se formularon dos declaraciones de principios y un vasto programa de acción sobre desarrollo mundial sostenible. A saber:

· La Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, en la que se definen los derechos y responsabilidades de las naciones en la búsqueda del progreso y bienestar de la humanidad

· El Programa 21, prototipo de normas tendentes al logro de un DHS desde el punto de vista social, económico y ecológico.

· Una declaración de principios para reorientar la gestión, la conservación, y el desarrollo sostenible de todos los tipos de bosques

Ya a estas alturas de la historia, el concepto de DHS revela su titánica dinámica de cambios y desafíos históricos a los que se enfrenta. En efecto, educar en una actitud no violenta con la naturaleza, modificar los estilos de vida, reinventar las interacciones comerciales y pensar sistemáticamente el futuro implica no sólo elaborar modelos y estilos alternativos de desarrollo a una verdadera escala mundial, sino que conlleva implícitamente una violenta declaración de guerra contra todo el status quo. Así, el DHS se revela no sólo como un camino evolutivo alternativo, sino que en una gigantesca construcción teórica para derrumbar todo el modelo económico neoliberal liderado por los Estados Unidos de Norteamérica. Tal como se expreso en el Foro Social Mundial de Porto Alegre del 2002 1: “Para avanzar hacia el DHS es necesario cambiar estructuralmente las reglas del Banco Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FMI) y Organización Mundial del Comercio (OMC) […] El estilo de vida y bienestar norteamericano es oligárquico y no puede ser masificado, pues para ello serian necesarios los recursos de 4 planetas más, y/o, en su defecto, acelerar en un factor 4 la tragedia de la alta productividad, ósea, la cúspide de la demencia humana. Se necesita urgentemente establecer estilos de vida sustentadores posibles de ser universalizados” […]

El DHS requiere contracción y reducción en el consumo, desmaterialización de las ideas de bienestar –, redefinir los conceptos de riqueza y de necesidades humanas- y convergencia hacia derechos ambientales per capita […] El DHS requiere poner a las necesidades humanas, a la sociedad y al ambiente sobre el mercado. Avanzar hacia sociedades sustentables requiere políticas basadas en la inclusión de razas y culturas, equidad y solidaridad entre las sociedades, cooperación entre los Estados. El primer paso es reconocer la catástrofe y la irracionalidad humana en toda su dimensión, terminar con la deuda externa y revertir la lógica del desarrollo económico basado en la competencia, el crecimiento económico y la acumulación de riqueza. […] El DHS requiere la preeminencia de los Acuerdos Ambientales Multilaterales (AAM) por sobre la OMC (organización Mundial del Comercio) y el sistema financiero internacional (BM y FMI) Actualmente las regulaciones de la OMC están sobre los AAM, y el BM y el FMI no están condicionados a respetar los AAM. Existen más de 200 AAM para la protección del medioambiente –una declaración universal de derechos humanos-, los ecosistemas y los sistemas biofísicos que mantienen la vida en el planeta: estos acuerdos deben regular el comercio y el sistema financiero internacional … larga tarea […] El DHS como protección del medio ambiente y la satisfacción de las necesidades humanas de las personas son superiores al derecho de hacer negocio que tienen las corporaciones


sábado, 1 de septiembre de 2007

¿SOCIEDAD MODERNA?

Si el progreso científico - técnico permite el crecimiento y el bienestar integral del hombre con el consiguiente ahorrar de trabajo, ¿cómo es que e la gente esta atada a trabajos tan repetitivos que terminan por consumirla en hospitales donde reina el hacinamiento mientras los lúcidos líderes se arman de tecnología nuclear? Si produce abundancia, ¿cómo se explican las favelas de Río de Janeiro y los 250 millones de niños huérfanos en el mundo? Si hoy por sobre cualquier momento de la historia, nuestras elites están cada vez mejor preparadas, viviendo la tercera ola de las técnicas de gestión y el desarrollo vertiginoso de las TIC, con más información, con más organización y técnica, con abundantes capitales, ¿por qué existe una cultura del malestar? ¿De donde salen las muchedumbres solitarias del culto París? ¿Por que es pan de cada día, las noticias de hambre y crimen que nos dejan perplejos y con una irritación que nos arranca de raíz la escasa ecuanimidad restante? ¿Por qué existen las crisis planetarias en el medio ambiente lleno de humo, en los paradigmas económicos que no dan empleo, en los políticos que no dan credibilidad, en el alma que vive el sinsentido?

Estos son tiempos de personas más “altas” con caracteres más débiles, con más “libertad” pero menos alegría, con más oferta de comidas pero pésima nutrición. Son días en los que llegan dos sueldos a casa pero aumentan los divorcios, son tiempos de casas más lindas pero hogares rotos, un tiempo con demasiado en la vitrina pero poco puertas adentro.

Hay un espíritu de explotación que dinamiza la destrucción general de la civilización contemporánea. Este espíritu esta literalmente podrido y se encuentra inyectando energía a las corrientes contradictorias de la modernidad. Ese es el espíritu de independencia y dominio sobre los otros hombres y la naturaleza, y es el que nos posiciona en la vivencia de la paradojal atmósfera moderna. Tal cual, como parafraseando a Marshall Berman, “ser modernos es encontrarnos en un entorno donde podemos correr a toda velocidad tras la aventura, tras el crecimiento, tras el poder, la transformación de nosotros mismos y la alegría, más en el intento corremos el mortal riesgo de perder y aniquilar todo lo que tenemos, todo lo que sabemos y todo lo que somos y fuimos alguna vez en el tiempo”.

Pauly ruz